● El DANE confirmó un aumento del 5,20% en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) para 2025, afectando de manera directa los principales rubros del gasto familiar: vivienda, alimentos y transporte.
● Para más del 40% de los hogares colombianos que viven en arriendo, este ajuste representa un impacto significativo, ya que los contratos de arrendamiento suelen actualizarse con base en el IPC.
● No solo los arrendamientos se ven afectados; también los salarios, contratos laborales y precios de productos y servicios se alinean con este índice, obligando a las familias a reconfigurar sus presupuestos.
El año 2025 inicia con un nuevo desafío para los hogares colombianos: el alza del IPC, que ya se traduce en ajustes en los costos de vida. Según datos del DANE, los principales rubros impactados son vivienda, alimentos y transporte, que juntos representan una gran proporción del presupuesto familiar.
La vivienda, en particular, es uno de los sectores más sensibles al aumento. Más del 40% de las familias en Colombia vive en arriendo, lo que equivale a más de 21 millones de personas. Esto significa que el 5,20% de incremento del IPC repercute directamente en los contratos de arrendamiento. Por ejemplo, un arriendo mensual de $1.000.000 podría subir a $1.052.000, generando ajustes significativos para quienes dependen de un ingreso fijo.
La dinámica del mercado inmobiliario
Durante 2024, el portal inmobiliario Fincaraiz.com.co registró 217 millones de visitas en su sección de arriendos, reflejando una alta demanda de vivienda. Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga y Barranquilla fueron las ciudades más buscadas, gracias a su dinamismo económico y oportunidades laborales.
«Este aumento no solo afecta los presupuestos familiares, sino que pone en evidencia la necesidad de adaptar estrategias de ahorro y consumo para mantener el equilibrio financiero», señala Lina Torres, Gerente Comercial de Fincaraiz.com.co.
Impacto más allá del arriendo
El ajuste del IPC no solo se refleja en el aumento de los contratos de arriendo, sino que también afecta otros aspectos de la economía doméstica. Los precios de productos básicos, servicios esenciales y hasta los salarios se ven impactados. Este contexto plantea un reto para las familias colombianas, que deberán ajustar sus gastos para adaptarse a esta nueva realidad económica.
A medida que avanza el 2025, será fundamental monitorear el comportamiento de los precios y su impacto en la economía. El costo de vida se convierte en una preocupación central, no solo para los consumidores, sino también para los diferentes sectores productivos del país.
Esta es una oportunidad para reflexionar sobre hábitos de consumo, adoptar medidas de ahorro y planificar mejor los gastos, en un año que promete ser un reto constante para los bolsillos de los colombianos.


